domingo, 22 de marzo de 2015

San Quintín, el Valle que no durmió



San Quintín, el Valle que no durmió
POR LORENA LAMAS
Ensenada,18 de marzo.- Las fumarolas podían verse a lo lejos. La más grande movilización de trabajadores agrícolas del valle de San Quintín de que se tenga memoria en los últimos años se mantiene en vigía a lo largo de 90 kilómetros de carretera. Algunas estimaciones hablan de que son 30 mil los jornaleros movilizados. El humo de las llantas quemadas invade el ambiente, pero ya no se respira la zozobra de las últimas horas.

Esta mañana la carretera Transpeninsular amanece abierta según policías federales que se encuentran resguardando San Quintín.

Las demandas de mejores condiciones laborales para los poco más de 60 mil trabajadores de los campos agrícolas de la zona se mezclaron este martes con actos vandálicos y estallidos de furia que llevaron al saqueo de algunas tiendas y el enfrentamiento -con palos y piedras- con miembros de los cuerpos de seguridad. También se escucharon disparos, pero no hubo reporte de heridos de bala.

El incidente más violento se dio en el Centro de Gobierno de San Quintín, donde a las ocho de la noche policías estatales, federales y elementos del Ejército Mexicano, usaron armas de fuego, palos, piedras y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes que tenían una barricada frente a las instalaciones.

El secretario general del Gobierno de Baja California, Francisco Rueda Gómez, reportó una situación de casi total anarquía y  confirmó al vocero del Ayuntamiento, Enrique Gómez Guzmán, el uso de balas de goma en la refriega nocturna en San Quintín, y que el diálogo con los jornaleros, objetivo prioritario de su gestión, estaba por completo roto.

Justificó que debido a la agresividad de la gente en ese poblado, el edificio de la delegación municipal fue atacado por 500 personas que portaban palos y piedras, lo cual originó el cierre del inmueble y sus equipos de oficina, cómputo y patrullaje se retiraron para evitar su total destrucción.

En Camalú también hubo disturbios. Un grupo de personas ajenas a los jornaleros saqueó el supermercado “El Reloj”, quebró ventanas y dañó un camión del mismo negocio. El propietario, quien presenció los destrozos, murió de un infarto momentos después. La Dirección de Seguridad Pública de Ensenada informó que la barricada de Camalú fue levantada por la noche, y que 30 personas fueron detenidas durante los saqueos. Pero en Colonet, Vicente Guerrero y San Quintín y otras delegaciones los bloqueos continúan.

Los establecimientos comerciales cerraron sus puertas a lo largo del bloqueo. Fue imposible conseguir gasolina y alimentos porque los mercados y tiendas de conveniencia también bajaron la cortina. Algunos de los participantes en los disturbios argumentaron que estaban molestos porque el gobernador del estado no se hizo presente en la zona.

Por la mañana Francisco Vega de Lamadrid sostuvo una reunión en la cabecera municipal de Ensenada con el primer círculo de su administración y los mandos de seguridad del estado. Cuando concluyó, un grupo de funcionarios encabezados por el secretario de Gobierno se trasladó a la zona de conflicto. Pero no pudieron hacer mucho.

Cuando se dio el desalojo, en el Centro de Gobierno de San Quintín se encontraba el secretario de Gobierno, Francisco Rueda Gómez; el subprocurador de Justicia Marco Chavarría López; el subsecretario de gobierno, Pablo Alejo López Núñez, quien previamente había salido del edificio para dialogar con los jornaleros, pero antes de los disturbios elementos del Ejército lo hicieron regresar a las oficinas.


Sobre la carretera, la Alianza de Organizaciones Nacionales, Estatales y Municipales por la Justicia, con 60 líderes distribuidos en los diferentes campos de trabajo, tuvo problemas para lograr consensos. El valle de San Quintín no durmió, y quienes lograron conciliar el sueño, lo hicieron arrullados por las voces de decenas de jornaleros y las fumarolas de la carretera.

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