LA COMUNA DE PARÍS: PRIMERA DICTADURA PROLETARIA
El 18 de Marzo se conmemora el aniversario de la Comuna de
París. Ese día en 1871, los obreros de París “tomaron el cielo por asalto”, tal
y como lo describió Marx, alzándose en rebelión armada y manteniendo la ciudad
durante 72 días hasta que los gobernantes de Francia finalmente fueron capaces
de desatar su sangrienta venganza sobre los esclavos que se atrevieron a alzar
la bandera de la revolución. Ciertamente no fue la primera rebelión de los
oprimidos, ni siquiera la primera rebelión de la joven clase obrera. Pero fue
la primera vez que la clase obrera tomó el poder, y las lecciones aprendidas en
esa primera exitosa (pese a su corta vida) revolución han establecido los
principios básicos para la revolución de la clase obrera desde entonces.
Los obreros de París, que se habían rebelado dos veces y dos
veces fracasado en los pocos años anteriores a 1871, se habían armado para la
defensa de su ciudad en el transcurso de una guerra que la burguesía francesa
había lanzado contra Prusia. Los obreros estaban tanto física como
políticamente aislados del resto del país y superados ampliamente por las
fuerzas armadas de las clases dominantes francesa y prusiana. Pero la burguesía
francesa se rindió ante Prusia y trató de entregar París al ejército prusiano
con el fin de acabar con la lucha de los obreros allí. Unidades del ejército
francés marcharon hacia París para desarmar a los obreros que se habían
organizado en la Guardia Nacional. Los obreros tenían poca elección. Decidieron
utilizar sus armas –arriesgándose a todo tratando de liberarse de una vez y
para siempre en lugar de marchar mansamente al matadero.
Alborada de una Gran Revolución Social
Aunque Marx, que seguía los acontecimientos de Francia en
aquellos momentos desde Inglaterra donde estaba exiliado, pensó que el momento
no estaba maduro para que los obreros parisinos se alzaran y vencieran,
rápidamente hizo un balance de la naturaleza histórica de los acontecimientos,
declarando el 18 de marzo de 1871 “la alborada de la gran revolución social que
liberará a la humanidad para siempre del régimen de clases”, y apoyó a la
Comuna.
Ese día, el Comité Central de la Guardia Nacional de los
obreros proclamó que: “Los obreros de París, en medio de fracasos y traiciones
de las clases dominantes, han comprendido que ha sonado para ellos la hora de
salvar la situación asumiendo en sus manos la dirección de los asuntos
públicos”. Las tropas del Gobierno enviadas para desarmar a los obreros fueron
golpeadas. En pocos días, los ricos ociosos, los capitalistas, los cortesanos y
los delincuentes comunes huyeron de París a Versalles, donde la clase dominante
francesa declaró la guerra contra París.
La propia Comuna –el Gobierno formado por los obreros- se
compuso de representantes de diversos barrios de París, elegidos por los
ciudadanos y revocables de su puesto en cualquier momento. La mayoría de sus
miembros eran obreros o representantes reconocidos de la clase obrera. Más que
una entidad parlamentaria (como el Congreso en los EE.UU.), la Comuna tomó
decisiones y las llevó a cabo. Y desde lo más alto hasta la base todos sus
miembros y todos cuantos trabajaron bajo su dirección recibieron los mismos
salarios que un obrero corriente.
El ejército y la policía fueron abolidos. Todos los
ciudadanos capaces de llevar armas fueron enrolados en la Guardia Nacional, la
única fuerza armada. “Los curas fueron enviados de vuelta a los recesos de la
vida privada, para alimentarse allí entre las almas de los fieles a imitación
de sus predecesores, los Apóstoles”. (Marx, La Guerra Civil en Francia).
Las escuelas quedaron abiertas para todos, a todos los
niveles. Los alquileres de las casas quedaron cancelados y todas las casas de
empeño clausuradas. Se prohibieron los turnos de noche. Las fábricas de los
capitalistas que habían huido fueron incautadas, para ser dirigidas por los
propios obreros. La Columna de la Victoria, un monumento a las guerras de
agresión chovinistas de Francia, fue derribada. “La bandera de la Comuna”,
declararon los obreros”, es la bandera de la República Mundial”.
A la burguesía le gusta pintar el marxismo como tan sólo una
idea, un sueño imposible o una pesadilla estremecedora. El marxismo es la
síntesis científica de toda la historia de las luchas de los oprimidos, y de
todo el conocimiento conquistado a través de las luchas de la humanidad. Surgió
con el desarrollo y el crecimiento de las luchas de la clase obrera, cuya
posición y punto de vista se expresan en el marxismo. Tal y como Lenin escribió
en El Estado y la Revolución, “No existe traza alguna de utopismo en Marx, en
el sentido que fraguó o inventó una “nueva” sociedad. No, él estudió el
nacimiento de la nueva sociedad a partir de la vieja, y las formas de
transición de la última a la primera, como un proceso histórico-natural. Él
examinó la experiencia misma de un movimiento proletario de masas, y trató de
extraer lecciones prácticas de este. Él “aprendió” de la Comuna, al igual que
todos los grandes pensadores revolucionarios aprendieron sin vacilar de la
experiencia de los grandes movimientos de las clases oprimidas…”.
La más importante lección de la Comuna de París, lo que los
obreros de París enseñaron en primer lugar con sus fusiles y luego con su
heroico sacrificio, es la cuestión central del marxismo: la dictadura del
proletariado.
“Se dice y escribe frecuentemente,” explica Lenin en El
Estado y la Revolución, “que la cuestión principal en la teoría de Marx es la
lucha de clases. Pero esto es erróneo. Y esta noción errónea resulta muy
frecuentemente en una distorsión oportunista del marxismo y su falsificación en
un espíritu aceptable para la burguesía… Aquellos que sólo reconocen la lucha
de clases no son aún marxistas; se les puede encontrar estando aún dentro de
los límites del pensamiento burgués y la política burguesa… Sólo es marxista
aquel que extiende el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de
la dictadura del proletariado.” Tal y como lo señaló Marx en su Carta a
Weydemeyer, escrita en 1852, “no se me debe ningún mérito por descubrir la
existencia de las clases en la sociedad moderna, ni la lucha entre ellas. Mucho
antes de mí los historiadores burgueses habían descrito el desarrollo histórico
de esta lucha de clases y los economistas burgueses la anatomía económica de
las clases. Lo que yo hice nuevo fue demostrar: 1) que la existencia de las
clases está únicamente vinculada con fases particulares e históricas en el
desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce necesariamente a
la dictadura del proletariado: 3) que la dictadura misma sólo constituye la
transición hacia la abolición de todas las clases y a una sociedad sin clases”.
En otras palabras, la lucha de clases conduciría
inevitablemente a la clase obrera a establecer el dominio de la mayoría
trabajadora sobre la minoría explotadora, por vez primera en la historia, y
éste sería el primer paso hacia la eliminación de todas las clases y el dominio
de clases. Esto es lo que representó la Comuna de París. Los obreros y obreras
de París establecieron la primera dictadura del proletariado del mundo. A
través de la experiencia de esta lucha, dieron vida y forma a lo que Marx y los
obreros con conciencia de clase en general habían sólo concebido de una manera
general.
(…) Como señaló Marx, los obreros de París, rodeados por
todas partes y enfrentados al hambre debido al bloqueo económico, no pudieron
más que comenzar su trabajo durante los 72 días de la Comuna. Cometieron
ciertos errores, como era inevitable en ésta la primera de todas las
revoluciones proletarias. Marx y Engels concluyeron que la Comuna había
fracasado en emprender la dictadura de los obreros sobre los explotadores de
manera lo suficientemente implacable y rápida –los obreros dejaron sin tocar el
Banco de Francia, el principal pilar financiero del país, y en lugar de
eliminar a la burguesía capturada en París y marchar inmediatamente sobre
Versalles mientras la burguesía francesa estaba aún debilitada por su derrota a
manos de Prusia, los obreros de la Comuna les dejaron escapar y recuperar sus
fuerzas. Entonces, la burguesía francesa con la ayuda de los gobernantes
reaccionarios prusianos llevaron a cabo una “rebelión de los esclavistas”
contra los esclavos victoriosos, convirtiendo París en un mar de sangre cuando
los Comuneros a millares fueron asesinados casa por casa combatiendo o
fusilados como prisioneros.
Pero como declaró Marx incluso mientras la batalla estaba
aún arreciando en París: “Si la Comuna es destruida, la batalla sólo quedará
pospuesta. Los principios de la Comuna son eternos e indestructibles; se
presentarán una y otra vez hasta que la clase obrera sea liberada”. (Marx, Acta
de un Discurso sobre la Comuna de París).
(…)
La Revolución Cultural
La Gran Revolución Cultural Proletaria, iniciada y dirigida
personalmente por Mao, fue un gran ejemplo de la clase obrera defendiendo y
desarrollando la dictadura del proletariado y ejerciendo “la dictadura omnímoda
sobre la burguesía en la superestructura”. Este alzamiento de centenares de
millones de obreros, campesinos y otras masas contra aquellos a los que Mao
calificó como “las personas del partido en el poder tomando la vía capitalista”
fue, tal y como se explicó en Cómo el Capitalismo Ha Sido Restaurado en la
Unión Soviética y lo que Esto Significa para la Lucha Mundial, no “simplemente
un movimiento para criticar la ideología burguesa y a los representantes
burgueses en el terreno de la cultura, la educación, etc., sino una lucha
revolucionaria dirigida para derrocar a personas en puestos altos en el Partido
y el Estado que de hecho se habían atrincherado en el poder en muchas esferas
de la sociedad –aunque no habían tomado aún el control de todo el aparato del
Estado y habían comenzado realmente a restaurar el capitalismo”.
En su análisis de la Comuna de París, Marx señaló cómo la
dictadura del proletariado representaba el inició de un proceso que
gradualmente implicaría a la gran mayoría del pueblo (es decir, las antiguas
masas explotadas, dirigidas por el proletariado) y eventualmente a todo el
pueblo (tras la eliminación de las clases) en la administración de la sociedad.
En la Comuna de París “obreros sencillos” (como Marx afirmó para hacer explotar
el punto de vista de la burguesía) asumieron la administración de todo, de
todas las funciones de gobierno (que los obreros simplificaron enormemente) y
de todas las esferas de la sociedad, a través de o bien la participación
directa o a través de “alquilar” expertos para trabajar para los obreros y bajo
la guía y dirección de los obreros. En la Revolución Cultural, la sociedad
socialista dio un salto cualitativo hacia la dirección de los ideales de la
Comuna, avanzando mucho más que ninguna sociedad socialista anterior.
Bajo la dirección y guía de Mao, casi todos los cuadros
(personas con posiciones de autoridad y responsabilidad) en el Partido quedaron
bajo el intenso control y crítica de las masas. Cada aspecto de la sociedad fue
criticado y combatido. (…) Los obreros y campesinos limpiaron las diversas
instituciones de la forma que una buen escoba limpia la suciedad. La educación
fue revolucionarizada, para que en lugar de educar a los hijos e hijas de los
viejos explotadores y educar a las personas para convertirse en nuevos
explotadores, las escuelas fueran dirigidas por los obreros y campesinos para
las necesidades intereses de los obreros y campesinos en transformar la
sociedad y la naturaleza para avanzar hacia el comunismo. La burguesía había
controlado la posición dominante en la cultura (libros, películas, obras de
teatro, arte, etc.). Fueron barridos y la imagen de los obreros y campesinos y
el punto de vista de la clase obrera comenzó a dominar en estos campos.
Estableciendo los comités revolucionarios (combinaciones de tres-en-uno de
obreros de base, miembros del Partido y administradores y/o técnicos), las
masas fueron capaces de tomar realmente de nuevo el poder en las fábricas,
comunas, escuelas y demás, anteriormente dirigidas por los seguidores del
camino capitalista.
Junto al Ejército de Liberación Popular bajo la dirección de
la clase obrera a través de su Partido, las propias masas populares se
organizaron en milicias en sus fábricas y lugares de trabajo bajo la dirección
del Partido, haciendo así que el Estado descansase con mayor seguridad que
nunca en el poder armado de la clase obrera y sus aliados. En enero de 1967,
los revolucionarios en Shanghai construyeron una alianza de las organizaciones
de masas revolucionarias, el Ejército de Liberación Popular y los cuadros
revolucionarios del Partido, que tomaron el poder con éxito de la vieja
administración seguidora del camino capitalista en Shanghai. Mao hizo balance y
popularizó esta experiencia por toda China. La conciencia popular avanzó
enormemente.
(…) La Revolución Cultural no condujo al final de la lucha
de clases en China. Casi una década después que se iniciara la Revolución
Cultural, Mao lo dejó claro con su importante instrucción: “¿Por qué habló
Lenin de ejercer la dictadura sobre la burguesía? Esta cuestión debe ser
comprendida a fondo. La falta de claridad sobre esta cuestión conducirá al
revisionismo. Esto debe darse a conocer a toda la nación”.
No sólo a unas pocas personas, no sólo a los miembros del
Partido, no sólo a unos pocos millones, ¡sino a toda la nación! Con esto Mao
declaraba explícitamente que para combatir a los revisionistas y prevenir el
derrocamiento de la dictadura del proletariado, un número más extenso de la
clase obrera y de las masas necesitaban profundizar considerablemente en la
comprensión del marxismo y las tareas de la dictadura del proletariado.
Centrándose en el “por qué”, Mao se centró en el hecho de
que pese a todos los avances, la cuestión de la dictadura del proletariado es
todavía la cuestión de la transición del capitalismo al comunismo. Aunque los
escritos de Marx claramente señalan esta cuestión, fue solo la experiencia
adicional de la lucha de clases bajo la dictadura del proletariado en la URSS y
China que hizo posible hacer un balance de forma tan explícita como lo hizo Mao
de la larga, aguda y compleja naturaleza de la lucha contra las fuerzas de la
restauración capitalista.
(…) Esta comprensión de la dictadura del proletariado desde
el punto de vista del objetivo del comunismo, y no como un fin en sí mismo, es
esencial a la teoría de Mao sobre la continuación de la revolución bajo la
dictadura del proletariado. Como todos los procesos, no existe una inmovilidad
en el camino socialista -sólo existen avances o retrocesos. Cualquier medio
camino, indecisión o vacilación en el camino socialista conduce definitivamente
al derrocamiento del proletariado y la restauración del capitalismo.
Además, tal y como han mostrado las experiencias en la URSS
y China, los avances de la revolución fuerzan a la burguesía a saltar para
oponerse a ella, y de este modo el proletariado se ve forzado a combatir para
acabar con la “rebelión de los esclavistas”, de igual modo que la clase obrera
fue forzada a combatir para defender la Comuna de París, el primer Estado
obrero, “quiera” sí o no la clase obrera una batalla particular.
Los principios de la Comuna son Eternos
Al parecer Mao Tsetung señaló que: “Marx al principio se
opuso a la Comuna de París… Cuando la Comuna de París se levantó, Marx la
apoyó, aunque suponía que iba a fracasar. Cuando se dio cuenta que era la
primera dictadura proletaria, pensó que sería una buena cosa incluso aunque
durara tres meses. Si lo valoramos desde un punto de vista económico, no valía
la pena”. (“Discurso en la Conferencia de Lushan”, Mao Tsé-tung Espontáneo.
Pláticas y cartas: 1956-1971, Ediciones Renacimiento, A.C., Universidad
Autónoma de Sinaloa, México 1981, pág. 124).
Por supuesto ni Marx ni Mao contemplaron la Comuna de París
desde “un punto de vista económico” –desde la postura de los estrechos
resultados inmediatos. Incluso aunque la Comuna fracasó, estableció los
principios básicos para todas las revoluciones proletarias que vendrían. El
heroico ejemplo de los Comuneros y el balance científico de sus heroicos
esfuerzos proporcionaron la base para un dominio teórico superior de las tareas
y de la dirección de la revolución proletaria, que, a su vez, hizo posible el
éxito de futuros esfuerzos. Sabiendo que esto sería así, Marx escribió: “Los
obreros de París, con su Comuna, serán celebrados como los gloriosos
precursores de una nueva sociedad. Sus mártires han quedado consagrados en el
gran corazón de la clase obrera”.
Al igual que algunos autodenominados marxistas rehusaron
reconocer las lecciones abonadas con sangre de la Comuna de París, también,
cuando el revisionismo triunfó en la Unión Soviética y se restauró el
capitalismo, algunas personas rehusaron reconocer este hecho. Algunas personas
que habían sido revolucionarias pensaron que si la URSS se había perdido para
la clase obrera, entonces todo por lo que habían luchado fue para nada, y
enterraron sus cabezas en la arena, se colocaron a la cola de los nuevos
revisionistas soviéticos y se dejaron arrastrar, y, después de todo, todo lo
que habían hecho realmente fue para nada. Esto causó un gran daño a la causa
revolucionaria.
En su época, la Comuna de París mostró que la revolución
proletaria no sólo era necesaria sino posible. Su derrota sólo mostró que la
transición del capitalismo al comunismo será un largo proceso, con muchas
vueltas y revueltas en su desarrollo, desde luego con contratiempos, pero con
un desarrollo en espiral por el que cada avance de la clase obrera se coloca
sobre los hombros de los que han combatido y muerto anteriormente por la causa
del proletariado. Esto es algo natural, dado que el desarrollo del capitalismo
al comunismo requiere una ruptura completa –una “ruptura radical”, como Marx la
llamó, con todas las formas anteriores de la sociedad y todas las ideas
tradicionales y los grandes cambios que el mundo ha conocido nunca.
En nuestra época, la Revolución Cultural muestra que la
restauración del capitalismo no es inevitable, que la clase obrera y las masas
pueden desarrollar formas –formas completamente nuevas de hacer cosas en la
historia de la sociedad- para defender sus conquistas y hacer retroceder los
incesantes ataques del enemigo. Al igual que la Comuna de París proporcionó las
bases para el desarrollo del marxismo cuando el marxismo estaba empezando a
surgir hace más de cien años, hoy también a través de la Revolución Cultural,
el marxismo se ha desarrollado y avanzado y la clase obrera del mundo entero se
alza con mayor superioridad en su lucha por derrocar a los reaccionarios de
todos los países uno por uno y traer la victoria del comunismo al mundo entero.
Si la revolución cultural en China fue un exito, y con ello se evito el restablecimiento del capitalismo en China, como se explica que actualmente el capitalismo Chino es el de mayor expansión y desarrollo?
ResponderEliminarNo sera que la revolución cultural no fue mas que la forma en que una nueva burguesia se empodero y deshizo cualquier oposicion no nada mas burguesa sino de cualquier tipo o formasión social existente en China?